Praslin es la segunda isla más grande de Seychelles y figura entre las tres principales del archipiélago. Casa de algunas de las playas más bonitas del mundo, la de Côte d’Or es una de las favoritas entre los viajeros. Las arenas blancas y un mar azul cristalino forman parte del paisaje paradisíaco e inspiran a personas de todas partes del mundo. De allí se ve una pequeña y encantadora islote, ubicada a pocos cientos de metros dentro del mar. Chauve Souris, cuyo nombre significa murciélago, forma parte del conjunto de islas graníticas de Seychelles y es perfecto para vacaciones exclusivas e intimistas.
Hay un solo hotel en la isla que ofrece un alojamiento de lujo y rústico. Chauve Souris Relais cuenta con cinco habitaciones, cuyas características difieren unos de otros y están suspendidos entre el mar, el ceú, las rocas y la vegetación tropical. Cada habitación tiene su propio nombre, Admiral, Creole, Farmer, Pirate y Castaway, siendo la última suite situada en rocas lisas y perfecta para parejas más jóvenes. Todas tienen sala de estar, bañera de hidromasaje y balcón. Los niños son aceptados a partir de los 12 años de edad. El restaurante produce platos creoles, típicos de la región, además de cocinas internacionales con destaque para la gastronomía italiana. El régimen de alimentación incluye todas las comidas, incluyendo agua y café.
Además de la bellísima playa rodeada de palmeras y tumbonas para quien quiere pasar una tarde relajante, los huéspedes también pueden participar en actividades o hacer excursiones que se ofrecen en la playa de Côte d’Or. Es posible, por ejemplo, hacer un paseo de medio día en la isla Curieuse, que alberga 250 tortugas gigantes, o visitar el famoso Vallée de Mai, Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, un bosque en Praslin donde crece el raro coco de mer. Para quien quiere pasar el día conociendo otros lugares, puede ir a otra isla, a aproximadamente media hora en barco del resort, llamada Grand Souer. Una de sus playas es excelente para la práctica del snorkelling, ya que es fácil avistar pescados coloridos y tortugas marinas. Su segunda playa está marcada por los pedregales de granito rosa y por las olas. Otra isla que vale la pena conocer durante un día es La Digue, cuya playa Anse Source d’Argent es una de las más bellas del mundo y tiene un paisaje bien diferenciado, con rocas graníticas gigantes.